Hermann Hesse

Desde Academia Cruellas vamos hoy a centrarnos en otro de los “profetas” que abandonaron el sistema. Hesse actualizó una cuestión ya planteada por Nietzsche, a saber, la necesidad de una nueva ética. Una ética que permita al hombre los grados de libertad moral proporcionados a las posibilidades vitales que le abre la tecnología y a la desmitificación de la ciencia. La vieja moral judeocristiana es demasiado estrecha para el hombre contemporáneo, al cual constriñe. Como en Dostoievsky, la obra de Hesse está centrada en la búsqueda urgente y angustiada de un arquetipo humano que canalice los ideales occidentales hacia un futuro liberado de esta cultura burguesa, explotadora y destructiva, que aniquila los valores intelectuales, mientras nos anestesia con progresos materiales..

En un artículo publicado en 1919 sobre los hermanos Karamazov, Hesse demuestra como Dostoievsky había profetizado con claridad la decadencia de Europa. “El ideal de los Karamazov, un ideal ancestral, oculto y asiático, empieza a hacerse europeo, comienza a devorar el espíritu de Europa. Este declive es un retorno a Asia, a la madre, a las fuentes (…), y desde luego, conducirá, como toda muerte terrenal, a un nuevo nacimiento”. El hombre ruso, el Karamazov, es a la vez criminal y juez, rufián y sensible, es tanto un completo egoísta como un héroe. No podemos abarcarlo desde un punto de vista fijo, moralista, ético, dogmático. En él, bien y mal, exterior e interior, Dios y Satán, sin uña y carne. Hesse encontrará este símbolo en su novela Demian y lo llamará Abraxas.

Además Hesse fue el único literato alemán que se opuso al patriotismo belicista de 1914, recordando a sus colegas que no se podía poner la pluma al servicio de la guerra. Fue llamado traidor en la prensa alemana y rechazado por los editores, como lo fue Bertrand Russell en Inglaterra en el mismo momento, por idénticos motivos. Con la llegada de los nazis al poder, se repitió la situación de 1915: Hesse fue declarado traidor a la patria, pese a vivir en Suiza desde 1900, y como consecuencia de todo ello, sus libros fueron prohibidos. En su obra El lobo estepario, Hesse había presentido la inminencia de la Segunda Guerra Mundial. Harry Haller, el lobo estuario, es un hijo renegado de la burguesía, nostálgico de suelos encerado y olor a trementina.En esta novela Hesse nos explica cual es su estrategia para luchar contra la burguesía: la marginación, la vida solitaria y libre del que ha renunciado a acumular, explotar y escalar. “La soledad es el camino por el que el destino lleva al hombre a sí mismo. La mayoría de los hombres, el rebaño, nunca han probado la soledad. Dejan el padre y la madre, sólo para agarrarse a una esposa y sucumbir tranquilamente a nuevo calor y nuevas ataduras. No están nunca solos, nunca comulgan consigo mismos. Y cuando un hombre solitario cruza su camino, lo temen y odian como a la plaga; le apedrean y no se quedan tranquilos hasta que está lejos. El aire que le rodea huele a estrellas, a fríos espacios estelares; no tiene la suave tibia fragancia de hogar y establo” (El retorno de Zarathustra).

Por último llegamos a Sidharta, escrita en 1922, donde continúa esta búsqueda del solitario para encontrar una personalidad nueva, creando un prototipo de hombre que resuelva la crisis vital y social de Europa. Según Hesse, “Sidharta es un libro muy europeo, pese a su ambientación. Sidharta es la expresión de mi liberación del pensamiento hindú. La senda de mi liberación de todo dogma conduce a Sidharta y continuará mientras viva” (carta, 1925). Esta es una novela mítica, el arquetipo de la búsqueda individual de uno mismo, desenvuelta en tres etapas: de la inocencia y la niñez, a través de la culpa y desesperación, a la ruina o al conocimiento..

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