Bruegel: “Baile de aldeanos”
Bruegel fue llamado el pintor de los campesinos y de los aldeanos. Ahora bien, esto que era dicho en tono despectivo se ha convertido en algo tremendamente positivo ya que sus cuadros hoy son un documento de la miseria y marginación de la época. Además está íntimamente unido a las revueltas de campesinos que se produjeron en Alemania y Flandes, las cuales fueron reprimidas con inusitada dureza.
El baile de los Aldeanos tiene una composición basada en la diagonal que guía la irrupción en la escena de la pareja que aparece en primer plano. Al otro lado de la diagonal aparece el grupo de personajes constituido básicamente por el músico y su oyente, sentados junto a la mesa donde otros personajes beben y hablan o discuten. Abajo a la izquierda aparece una minúscula pareja de dos niñas con tocas blancas, donde Bruegel repite de nuevo el tema de la alegría, del juego y de la danza que ya había aparecido en otro cuadro suyo.
Los colores que utiliza Bruegel son intensos, los verdes, los ocres, resaltan las luces de los tonos blancos y los tonos rojos oscuros de la casaca del campesino en el centro de la escena.
Todas las cosas están perfectamente observadas ya que Bruegel observó el mundo que le rodeaba con mucha atención, y lo plasmó para el observador con el mismo mimo y detalle.
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