El antropocentrismo renacentista

La actitud de los filósofos humanistas es radicalmente antropocéntrica. La vuelta a los filósofos griegos está motivada por el deseo de encontrar un modelo de humanidad distinto del medieval. En el Renacimiento se aspira a un hombre nuevo, liberado de la incultura y la mediocridad, y de ahí que el humanismo renacentista se caracterice por: a)su insistencia en la educación de las capacidades naturales humanas, en el desarrollo de la personalidad; b) la primacía concedida a los valores estéticos, y c) el individualismo. Frente a la cultura medieval que era radicalmente teocéntrica (es decir, consideraba a Dios como punto de referencia absoluto de todo lo real y, por tanto, consideraba al hombre en una referencia esencial a Dios), el Renacimiento es antropocéntrico. Su antropocentrismo es naturalista.

Referido al hombre, el naturalismo puede ser definido como aquella actitud que acentúa los aspectos naturales de éste, olvidando o minusvalorando la dimensión y destino sobrenaturales tan intensamente afirmados por el cristianismo y por el pensamiento medieval. Esta tendencia naturalista se observa, en mayor o menor grado, en todas las corrientes filosóficas, no solamente en el Estoicismo, Epicureísmo y Escepticismo, sino también en el Aristotelismo y el Platonismo.

El Aristotelismo lleva a cabo una interpretación claramente naturalista. Pomponazzi no solamente negaba la inmortalidad personal, sino que sacó las consecuencias pertinentes de esta negación, es decir, que el hombre no tiene un destino sobrenatural y que la virtud se ha de practicar por sí misma, sin esperar recompensa alguna en otra vida. La forma en que los aristotélicos renacentistas utilizan la filosofía de Aristóteles es, obviamente, radicalmente distinta a la forma en que lo hiciera Tomás de Aquino.

El naturalismo de los aristotélicos renacentistas se muestra, por lo demás, no solamente en la tendencia a prescindir de toda dimensión sobrenatural en el hombre, sino también en la tendencia a suprimir toda sujeción del Universo a Dios. Zabarella y Cremonino pusieron en duda la necesidad (afirmada por Aristótles) de hacer depender de Dios el movimiento del Universo. Referido no ya al hombre sino al Universo en general, el naturalismo renacentista se caracteriza por la exaltación de la Naturaleza, de su fuerz y valor intrínsecos, que la hacen digna de consideración y estudio por sí misma, y no meramente como algo creado cuyo estudio fuera simplemente un medio para elevarse a su Creador.

También en la corriente platónica puede observarse una notable tendencia al naturalismo. Si la forma en que Pomponazzi, Zabarella y Cremonino adoptan la filosofía de Aristóteles es radicalmente distinta a la forma en que lo hiciera Aquino en la Edad Media, también el Renacimiento adopta el Platonismo de una forma muy diferente a como lo adoptaron los primeros pensadores cristianos y San Agustín. Es cierto que los filósofos platónicos del Renacimiento son cristianos e insisten en los puntos de coincidencia entre el Platonismo y el Cristianismo. Sin embargo, la diferencia entre unos y otros es notable: en San Agustín, en el platonismo cristiano antiguo y medieval, el elemento central es el cristianismo y su afirmación fundamental es la existencia de un orden sobrenatural; por el contrario, en el Renacimiento el elemento central es el Platonismo, con marcados acentos paganos. Esto se pone de manifiesto en dos rasgos fundamentales de su filosofía: a)los platónicos renacentistas ven en la filosofía platónica no solamente una filosofía acorde con el cristianismo, sino una especie de religión natural; b) el Platonismo renacentista exalta al hombre, la dignidad humana. Esta exaltación del hombre no es fácilmente compatible con la antropología genuinamente cristiana.

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