La crisis de 1929

Es importante analizar las causas de la crisis de 1929, para observar posteriormente si las políticas económicas utilizadas fueron válidas o no. Lo mismo pasará con la crisis actual. Seguramente las políticas económicas que utilizan Europa y América no sean las adecuadas, pero lo sabremos con más detalle dentro de unos años. Si seguimos con la crisis de 1929 podemos citar las causas, otra cosa diferente es su poderación en la propia crisis. De todas formas, tenemos que analizar dos hechos: en primer lugar el crac de la bolsa de 1929, y en segundo lugar la profundidad de la depresión y el contagio de esta a nivel mundial. Es más fácil explicar la primera que la segunda ya que en la depresión los autores no están de acuerdo. Después del crac de la bolsa de 1929 nadie esperaba una una depresión profunda y larga.  Se había previsto una depresión para principios de 1929, y fue a partir del mes de junio del mismo año cuando el índice de producción mundial se desaceleró. También es verdad que el ritmo de la construcción de viviendas había empezado a debilitarse a partir de 1929. ¿Cuáles fueron las causas del crac de 1929? Así, en una primera aproximación podemos decir que la amplitud de las cotizaciones al alza constituyó la causa inmediata del hundimiento posterior. Las burbujas inmobiliarias no pueden durar hasta el infinito, como hemos comprobado actualmente en España. La especulación, sin relación con la actividad económica nos lleva a nuestro propio hundimiento. Entonces, nos podemos preguntar entonces y ahora, ¿por qué fue tan larga?

Algunos autores piensan que la especulación a lo largo de los años 1927-29 fue el resultado de una inflación monetaria provocada por la política de dinero barato y por la facilidad de los créditos del sistema de la Reserva Federal americana. ¿No os suena esta musica?

Frente a la llegada de oro europeo a los Estados Unidos, sobretodo a raíz de los problemas británicos, los gobiernos francés, inglés y alemán, piden al gobierno americano y a la Reserva Federal la reducción de los tipos de descuento con el fin de frenar dicha afluencia de capitales extranjeros. La Reserva Federal acepta dicha petición, para ello a través de operaciones denominadas de open market, compra un volumen considerable de títulos del Estado con el fin de hacer bajar el tipo de interés. Estas compras aumentan la cantidad de dinero disponible por los vendedores (bancos, empresas, particulares). Esto nos puede llevar a pensar en un hecho inflacionista que dispara la especulación de la Bolsa de Nueva York. Ahora bien, estos autores nos dicen que fueron la colaboración entre los dirigentes de los bancos centrales y la “reflación” deliberada de las autoridades de la Reserva Federal las que engendraron la fase más nefasta de esta transformación. Esta postura es la explicación monetarista que Galbraith rechaza.

¿Qué otros factores podemos tener en cuenta? Son factores estructurales y psicosociológicos. La estructura bancaria americana que ha estado muy fragmentada, siempre ha sido el punto flaco de la economía americana. La organización del mercado monetario americano siempre ha sido muy favorable a la financiación de la especulación que se podía alimentar con préstamos a corto plazo. Fijaros que el tipo de interés dependía de la especulación en bolsa y por esta razón, en un boom bursatil, dicho tipo de interés podía auparse hasta el 14 o 15% sin frenar la demanda de dinero.

La propia estructura de los negocios también ayudó a todo tipo de abusos. El desarrollo de las holding companies ha sido una fuente de especulación. Estas sociedades de cartera poseían grandes paquetes de acciones y de obligaciones y tenían mucho interés en hacer subir las cotizaciones. Además se llevaron a cabo fraudes y movimientos poco honrados. Galbraith nos habla de grandes hombres de las finanzas que fomentaron mediante sus declaraciones y sus maniobras el boom especulativo.

Por último, tenemos que recurrir a los factores psicosociológicos que caracterizan todos estos procesos. Al tener la gente acceso a las fuentes de crédito, alentados por la escenificación interesada de grandes capitalistas, el gran público fue hacia la bolsa. Por último, añadir que las autoridades monetarias se mostraron incapaces de actuar para prevenir la crisis. Según Galbraith, “en esta época el Federal Reserve Board era un órgano de una incompetencia estrepitosa”.

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