Los negocios de Alfonso XIII
Cuando Alfonso XIII accedió al poder contaba con 8.931.287 pesetas. Hasta 1931 esta cantidad prácticamente se triplicó. ¿Cual fue el medio utilizado? Básicamente a través de los rendimientos de capital, representado por acciones, obligaciones, títulos de deuda pública y participaciones en empresas. También es verdad en que hubo ocasiones que el riesgo asumido en sus inversiones le ocasionaron dolores de cabeza.
Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que Alfonso XIII no poseía tierras. En Alemania o en Rusia los monarcas eran los mayores terratenientes. No poseía tierras, pero tampoco hizo ningún esfuerzo por adquirirlas. Su capital estaba constituido por valores mobiliarios y por los Palacios de Miramar en San Sebastián, La Magdalena y Pedralbes. Además estos últimos fueron donaciones a la casa real. Al mismo tiempo, adquirió caseríos en el País Vasco.
Según Guillermo de Cortazar, el incremento medio anual de su capital mobiliario fue de un cinco por cien. Ahora bien, no fueron los años de la primera Guerra Mundial los que le reportaron mayores beneficios a sus inversiones, sino los años veinte.
Otro elemento clave de la actitud inversora de Alfonso XIII fue la diversificación geográfica y los sectores económicos. En 1931, la fortuna personal del rey alcanzaba los 32 millones de pesetas. Ahora bien, en dicha cantidad no aparecían el dinero en metálico, los inmuebles y las alhajas. Contabilizando todo esto, su fortuna personal llegaba a los 40 millones de pesetas.
Si comparamos esta cantidad de dinero con la que poseían otros monarcas europeos, llegamos a la conclusión que Alfonso XIII no era rico. Ahora bien, si lo comparamos con la situación española de la época, podemos concluir que Alfonso XIII disponía de una fortuna considerable.
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