CREATIVIDAD: ESCRITURA CREATIVA
En Academia Cruellas sabemos que uno de los lugares donde la creatividad juega un papel importante es en la escritura. Y es en este ámbito donde podemos situar nuestro pensamiento divergente. A lo largo de diferentes artículos comentaremos algunas estrategias para ser más creativos, y disfrutar de nuestra escritura.
Una de estas estrategias consiste en escribir lo más rápida y continuamente posible. Para ello, localizamos en nuestra mente alguna imagen de algo que nos ocurrió ayer. Acto seguido, localizamos un bolígrafo y un folio. Una vez los tenemos a mano empezamos a escribir sobre esta imagen, pero de entrada, lo haremos despacio, a una velocidad más lenta que la habitual. Mientras escribimos de forma pausada, nos dedicamos a las palabras. Si nos fijamos en el resultado de este proceso a lo largo de 3 minutos, vemos como la mente desconecta y se dedica a otras cuestiones.
Ahora tenemos que hacer todo lo contrario. Recuperamos de nuevo la imagen, pero los próximos tres minutos la plasmaremos en el papel a la máxima velocidad que podamos. Eso si, hemos de intentar no tener un percance con la mano. ¿Cómo ha ido? ¿Bien? Eso sí, nos olvidamos de la calidad de las palabras y nos centramos únicamente en el producto de nuestro trabajo.
La conclusión que podemos sacar es que si llevamos a cabo una escritura continua, sometemos la zona de nuestra mente que edita nuestras palabras a una posición de subordinación, por lo que la zona destinada a la producción de ideas puede continuar su proceso de fabricación arrojando palabras.
Una de estas estrategias consiste en escribir lo más rápida y continuamente posible. Para ello, localizamos en nuestra mente alguna imagen de algo que nos ocurrió ayer. Acto seguido, localizamos un bolígrafo y un folio. Una vez los tenemos a mano empezamos a escribir sobre esta imagen, pero de entrada, lo haremos despacio, a una velocidad más lenta que la habitual. Mientras escribimos de forma pausada, nos dedicamos a las palabras. Si nos fijamos en el resultado de este proceso a lo largo de 3 minutos, vemos como la mente desconecta y se dedica a otras cuestiones.
Ahora tenemos que hacer todo lo contrario. Recuperamos de nuevo la imagen, pero los próximos tres minutos la plasmaremos en el papel a la máxima velocidad que podamos. Eso si, hemos de intentar no tener un percance con la mano. ¿Cómo ha ido? ¿Bien? Eso sí, nos olvidamos de la calidad de las palabras y nos centramos únicamente en el producto de nuestro trabajo.
La conclusión que podemos sacar es que si llevamos a cabo una escritura continua, sometemos la zona de nuestra mente que edita nuestras palabras a una posición de subordinación, por lo que la zona destinada a la producción de ideas puede continuar su proceso de fabricación arrojando palabras.
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